TRATAMIENTO
Las
medidas generales, el manejo del paciente inestable, la reposición de volumen e
indicación de transfusión, y la orientación diagnóstica son similares a la HDA. Aproximadamente el 64% de los pacientes que cursan con HDB aguda requieren
algún tipo de tratamiento: 1% con embolizacion angiográfica, 39% hemostasia
endoscópica (termocoagulacion o inyectoterapia) y un 24% cirugía.(28)
Medidas
generales
De
manera inmediata y prioritaria se deben estimar las pérdidas hemáticas mediante
la valoración de signos vitales fundamentales como son la tensión arterial,
frecuencia cardiaca, presencia de ortostatismo y diuresis.(21,23)
Grado I
|
Grado II
|
Grado III
|
Grado IV
|
|
Pérdida
de volumen
|
<750
|
750-1000
|
1500-2000
|
>2000
|
Pérdida
de sangre
|
<15%
|
15-30%
|
30-40%
|
>40%
|
Frecuencia
cardiaca
|
<100
|
>100
|
>120
|
>140
|
PA
|
Normal
|
Normal
|
Disminuida
|
Disminuida
|
FR
|
14-20
|
20-30
|
30-40
|
>35
|
Diuresis
|
>30
|
20-30
|
5-15
|
Despreciable
|
Estado
mental
|
Normal/ leve ansiedad
|
Moderada ansiedad
|
Ansioso, confuso
|
Confuso, adormecido
|
Reemplazo
volumen
|
Cristaloides
|
Cristaloides
|
Cristaloides y sangre
|
Cristaloides y sangre
|
Tabla 7. Escala de Forrest.
Fuente: Kulwin MH. Basal cell epithelioma in smallpox vaccination scar-fifty years later. IMJ Ill Med J. diciembre de 1975;148(6):612-3.
Desde
su admisión en urgencias se debe establecer un estricto control hemodinámico
del paciente y unos cuidados que incluyen: (22)
- - Monitorización: Tensión arterial, frecuencia cardiaca y respiratoria, saturación de oxígeno.
- - Canalización de 2 vías periféricas gruesas (16-18 F).
- - Sondaje vesical y control de diuresis.
- - Oxigenoterapia si se observa deterioro del nivel de consciencia o desaturación.
En
este momento de realizará una evaluación física inicial, que incluye la
valoración del nivel de consciencia y la perfusión tisular. Si el paciente está
hemodinámicamente inestable o bien hay evidencia de hemorragia masiva se debe
iniciar de manera inmediata la reposición de volumen. Ésta se realiza con
cristaloides (suero salino 0,9% o lactato de ringer) a ritmo de 1000-2000 cc/h.
Se han de evitar las soluciones hipotónicas (suero glucosado). Para una
expansión más rápida pueden usarse soluciones coloides. En situaciones de shock
hemorrágico debe indicarse la transfusión de hematíes a la mayor brevedad
posible.(26,27)
Si
el paciente no responde a las medidas de resucitación, y permanece inestable,
se debe valorar la necesidad de valoración quirúrgica para control de la
hemorragia, en ocasiones sin poder esperar a realizar otras pruebas
diagnósticas. Un paciente que presenta hemorragia digestiva debe ser mantenido
bajo vigilancia durante su estancia en el servicio de urgencias mientras la
hemorragia no sea controlada y debe ser reevaluado de forma periódica para
detectar cualquier cambio que pueda indicar un empeoramiento clínico y un
cambio de actitud clínica.(27)
Independientemente
de la causa de la hemorragia, el objetivo inicial del tratamiento de estos
pacientes es la reanimación y el mantenimiento de la estabilidad hemodinámica
con reposición de la volemia y la corrección de la anemia mediante transfusión
sanguínea. Posteriormente, la gravedad y evolución de la hemorragia
determinarán tanto la exploración diagnóstica inicial como el tratamiento. En
la mayoría de los casos la HDB es autolimitada. (26)
Sin
embargo, hasta en un 20% de los casos la hemorragia es masiva o persistente y
será necesaria la intervención terapéutica. El diagnóstico de certeza del
origen del sangrado es un aspecto esencial del tratamiento. Aunque clásicamente
la hemorragia persistente se ha controlado mediante resección quirúrgica, los
avances endoscópicos y angiográficos ofrecen en la actualidad nuevas opciones
terapéuticas. (19)
En
caso de hemorragia persistente el tratamiento endoscópico es en general el
tratamiento inicial de elección. Si éste fracasa se deberá recurrir a la
cirugía, siendo el tratamiento angiográfico una buena alternativa, sobre todo
en pacientes con elevado riesgo quirúrgico.(28)
Indicaciones para transfusión
sanguínea
-
Paciente que no remonta tras infusión rápida
de 2000 cc de cristaloides.
-
Pérdida > 30%.
-
Hemoglobina < 8 gr/dl o Hto < 25%.
-
Hb entre 8-10 gr/dl que presente síntomas
derivados de la anemia o se sospeche sangrado activo.
-
Enfermedad cardiovascular: objetivo Hb >
10 gr /dl.
Tratamiento
endoscópico
El
tratamiento endoscópico es una opción cuando la colonoscopia demuestre una
lesión con hemorragia activa o con signos de hemorragia reciente de alto riesgo
de recidiva como vaso visible o coágulo adherido. Sin embargo, la incidencia de
hemorragia activa o de estos signos de hemorragia reciente es baja. En un
estudio reciente la colonoscopia demostró sangrado activo o signos de
hemorragia de riesgo en aproximadamente el 20% de los pacientes con hemorragia
por divertículos. Es probable que en la práctica clínica habitual esta
incidencia de lesiones con signos de hemorragia reciente tributarias de
tratamiento sea aún más baja.(16,23)
El
tratamiento endoscópico mediante la inyección de adrenalina asociada a
diferentes agentes hemostáticos, distintos tipos de coagulación y métodos
mecánicos (ligadura con bandas elásticas o colocación de clips metálicos),
puede conseguir la hemostasia prácticamente en cualquier lesión sangrante.
El
tratamiento endoscópico se ha utilizado con éxito en la hemorragia por
divertículos de colon en casos aislados y los resultados de un estudio reciente
sugieren que este tratamiento previene la recidiva de la hemorragia por
divertículos y la necesidad de tratamiento quirúrgico. (22)
Sin
embargo, la eficacia del tratamiento endoscópico deber ser aún evaluada en
estudios prospectivos controlados con mayor número de pacientes. Las lesiones
vasculares son otra causa de hemorragia digestiva que han sido tratadas con
éxito mediante distintas técnicas hemostáticas endoscópicas. Sin embargo,
dentro de este término se incluyen frecuentemente lesiones vasculares distintas
en las que los resultados terapéuticos son difícilmente comparables. (20)
Por
ejemplo, la lesión de Dieulafoy suele ser una lesión única y, si puede ser
localizada con precisión, el tratamiento endoscópico con cualquier modalidad
consigue generalmente la hemostasia definitiva a largo plazo. En cambio, la
angiodisplasia de colon es una lesión difusa y, aunque el tratamiento
endoscópico consigue la hemostasia de la hemorragia aguda en la mayoría de los
casos, el elevado riesgo de recidiva durante el seguimiento sugiere que este
tratamiento no modifica significativamente la historia natural de la hemorragia
por esta lesión.(24)
Tratamiento
angiográfico (26,27)
La
embolización mesentérica es una alternativa terapéutica cuando la arteriografía
demuestra hemorragia activa. La disponibilidad de microcatéteres que permiten
la cateterización y embolización superselectiva del vaso sangrante ha mejorado
la seguridad de este procedimiento al minimizar el riesgo de necrosis
isquémica, y ha renovado el interés por este tratamiento. Series recientes
indican una eficacia hemostática de aproximadamente el 90% con un riesgo de
recidiva muy bajo o prácticamente nulo, mientras que el porcentaje de
complicaciones también es razonable, situándose alrededor del 10%.
Sin embargo, aún no se dispone de ensayos clínicos controlados definitivos. Será necesario comparar estos resultados con la eficacia y seguridad de la alternativa quirúrgica en estas condiciones. Por el momento y debido al riesgo potencial de complicaciones graves, es aconsejable una selección cuidadosa de los pacientes, reservando esta técnica para los casos de hemorragia masiva o persistente en pacientes de edad avanzada y con enfermedades asociadas en los que está indicado el tratamiento quirúrgico pero el riesgo quirúrgico es inaceptable.
Tratamiento
quirúrgico
El
15 a 25% de los sangrados diverticulares requieren cirugía; también se ha
estimado, que el 60% de los pacientes con EDC que en las primeras 24 horas
reciben más de 4 unidades de sangre requieren tratamiento quirúrgico. Un
paciente es potencialmente quirúrgico si ha recibido más de 6 subunidades en 24
horas o si persisten los signos de shock a pesar de los esfuerzos de
reposición. Si el sangrado persiste o recurre se recomienda no retardar la
cirugía, porque se incrementan los niveles de morbilidad y mortalidad. (17)
El tratamiento quirúrgico de urgencia está indicado en general en pacientes con hemorragia persistente en la que no se ha podido conseguir la hemostasia con otras técnicas. Aunque no existen criterios absolutos, la gravedad de la hemorragia determinada por la persistencia de la ésta, la repercusión hemodinámica y/o los elevados requerimientos de transfusión sanguínea, es el factor principal para establecer la necesidad de tratamiento quirúrgico de urgencia. (17)
En un estudio, el tratamiento quirúrgico no fue en general necesario en los pacientes que requirieron menos de 4 U de concentrado de hematíes en 24 h, mientras que se operaron un 60% de los que recibieron más de 4 U. Sin embargo, otros factores como el riesgo quirúrgico individual por la edad avanzada y presencia de enfermedades asociadas graves también contribuyen a esta decisión. (17,18)
Los resultados del tratamiento quirúrgico son variables y dependen esencialmente de la localización precisa del origen del sangrado. Cuando se ha identificado con seguridad el origen del sangrado la resección segmentaria es una opción correcta, ya que se asocia a un bajo riesgo de recidiva y mortalidad. Por el contrario, cuando no es posible establecer con seguridad el origen de la hemorragia, la resección segmentaria a ciegas no debería realizarse por estar asociada a una elevada incidencia de recidiva de la hemorragia (35-75%) y de mortalidad (20-50%), por lo que sería preferible la colectomía subtotal.(23)
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